El escenario de mayor volatilidad global impacto limitadamente en los activos locales. En ese sentido, la renta fija y variable argentina rebotaron con fuerza desde la apertura del lunes pasado. En el mediano plazo, tanto los bonos como las acciones se mueven a la par, con una alta correlación.
Julián Yosovitch / 12 de Agosto de 2024
El escenario de mayor volatilidad global impactó limitadamente en los activos locales. En ese sentido, la renta fija y variable argentina rebotaron con fuerza desde la apertura del lunes pasado.
En el mediano plazo, tanto los bonos como las acciones se mueven a la par, con una alta correlación. El mercado se torna selectivo con los activos argentinos a incorporar en las carteras.
Juntos a la par
Pese al contexto de mayor volatilidad global, las acciones y los bonos se han recuperado en la última semana de manera sobresaliente.
El S&P Merval (CCL) subió 13% en la semana pasada, evitando el escenario negativo para los mercados globales.
En paralelo, la deuda soberana argentina arrancó la semana hundiéndose hasta 5% en un contexto global sumamente áspero.
A pesar de esto, en un escenario un poco más optimista para los mercados emergentes los Globales argentinos vuelven a la senda alcista.
En ese sentido, la renta fija argentina recuperó con fuerza, operando mejor que sus pares.
Mientras la deuda en dólares de emergentes (EMB) cayó 0,2% en la semana pasada, los soberanos argentinos incrementaron entre 1% y 2,5%
Bonos y acciones a la par
Lo interesante de la dinámica de la renta fija y variable local es la alta correlación con la que viene operando ambos activos.
En la última semana, al igual que en los últimos meses, la tendencia entre ambos activos se muestra iguales, por lo que su correlación es positiva y alta.
Sin embargo, la magnitud de los movimientos entre ambas clases de activos es distinta ya que, justamente, son los tipos de instrumento distinto.
Las acciones y los bonos suelen tener una volatilidad distinta, por lo que los estos activos pueden operar con igual signo pero con cambios porcentuales dispares.
Maximiliano Bagilet, team líder de TSA Bursátil, remarcó que la correlación entre bonos y acciones en dólares siempre fue positiva.
«En los últimos 10 años hay una correlación positiva arriba de 0,5. Y la correlación actual que tiene en los últimos meses también es igual, 0,5 y positiva. Esto se explica por el hecho de que una caída en los bonos aumenta el riesgo país y por lo tanto aumenta el costo de financiamiento de las empresas y te baja el flujo de fondos de las empresas. Con lo cual tiene que tener correlación positiva Merval y Curva Soberana siempre», explicó.
Por otro lado, agregó que si bien existe una correlación positiva, ello no quiere decir que se muevan a la misma velocidad.
«Hay ciclos donde la Curva Soberana se mueve más rápido o reacciona más fuerte que la S&P Merval en dólares y hay veces que las acciones se adelantan a la Curva Soberana», indicó.
Mateo Molina, Head Trader de IMSA ALyC, entiende que lo normal en países sin muchas distorsiones en las variables macro es que la correlación entre acciones y bonos suelen tener valores negativos.
Molina agrega que, en base a esta correlación negativa es que sobresale la estrategia de inversiones de 60% en acciones y 40% en bonos.
«Invertir en un 60% del porfolio en acciones y el 40% en bonos logra balancear el riesgo al tener correlación negativa entre ambas clases de activos», sostuvo.
Sin embargo, Molina remarcó que Argentina es siempre y en todo lugar un caso particular.
«A pesar de los esfuerzos del gobierno de mejorar la credibilidad, el riesgo país es de 1558 puntos, muy por encima de la región. Con un perfil de vencimientos desafiante de 2025 en adelante y con un mercado de crédito internacional cerrado, los activos poseen un riesgo elevado», afirmó.
Pedro Morini, Strategy Team Leader de PPI, señaló que en mercados emergentes y con deuda reestructurada, es normal que las acciones y la renta fija muestren comportamientos similares.
«Ambos tipos de activos están fuertemente influenciados por factores macroeconómicos y políticos que afectan la percepción del riesgo país, lo cual afecta tanto a las empresas a través de sus valuaciones, como a la deuda soberana dada las expectativas de pago», dijo.
Hacia adelante, Moroni agregó que esta correlación podría continuar si las incertidumbres macroeconómicas continúan siendo el principal motor del mercado.
Sin embargo, también afirmó que «a medida que el país estabilice su economía y se diferencien las perspectivas sectoriales, podríamos ver una «descorrelación» gradual a favor del equity en el mediano y largo plazo, especialmente si ciertas áreas de la economía comienzan a mostrar un crecimiento independiente de las condiciones generales del mercado».
Morini también indicó que la dinámica en los movimientos de los distintos activos ha sido dispar.
«Si bien la correlación del equity y la renta fija ha sido muy marcada en el último año, es cierto que desde inicios de 2023 el Merval en dólares avanzó 107%, contra 64% de suba de la renta fija. Esto demuestra que el Merval se «adelantó» algunos casilleros», dijo.
Oportunidades en bonos
La renta fija soberana argentina opera dentro de un amplio proceso lateral desde fines de abril a la fecha.
Los distintos tramos de la curva se ubican debajo de dichos máximos, con el GD29 cayendo 6% desde sus picos, mientras que el GD30 baja 8% desde los máximos de abril.
En el tramo medio y largo, las mermas son de entre 8% y 12% desde los máximos de abril.
Los analistas de Grupo IEB señalaron que la renta fija local operó con mayor fortaleza respecto de sus pares.
«La deuda soberana en dólares parece haber resistido ante el contexto internacional adverso. Los inversores han podido proyectar más allá de los eventos de un día volátil como el lunes, y ver valor en los bonos», dijeron.
En ese sentido, ven oportunidades en los bonos de mayor plazo.
«Para quienes tengan bonos soberanos cortos (2029 y 2030) recomendamos estirar duration a GD35 y GD41 debido a la baja paridad. Ante un escenario adverso estos resultan más defensivos mientras que si todo sale bien son los que ofrecen un mayor upside frente a una compresión de la curva», dijeron.
Por su parte, las acciones argentinas en dólares en general volvieron a zona de máximos, con los bancos operando cerca de sus picos y con subas mayores al 25% la semana pasada.
En relación a su preferencia entre bonos y acciones, Bagilet ve más valor en la deuda.
«Veo mucho más valor y potencial en la renta fija de corto o mediano plazo. Los bonos alcanzaron paridades cercanas a u$s 40, y con la última caída creo que se limpió bastante, por lo que espero que volvamos a paridades arriba de u$s 55 pronto», detalló Bagilet.
Hacia adelante, Moroni ve un mejor punto de entrada a los bonos que en las acciones.
«Bajo la hipótesis de normalización, de cara al corto plazo, entendemos que abrir posición en deuda soberana hard-dollar ofrece una relación riesgo retorno más equilibrada, en comparación con el equity argentino», remarcó.
Parte de sus argumentos, Moroni señaló que si la curva soberana se normaliza y converge hacia los niveles de riesgo de países emergentes que comparten similares características con Argentina, ésta puede ofrecer un upside más claro y cuantificable.
«Los bonos tienen un camino más definido hacia la convergencia, algo que es más tangible en comparación con las acciones, que requieren un análisis de valor más detallado y complejo», afirmó.
Por su parte, Molina entiende que tanto las acciones como bonos siguen siendo instrumentos de alto riesgo y que esta correlación se mantendrá.
Por ello es que se mantiene selectivo en renta fija y variable para el posicionamiento futuro en activos locales.
«Dependiendo el tipo de inversor, para aquellos que buscan acciones, vemos valor en sector bancario ya que los bancos locales presentan métricas relativamente bajas frente a comparables en otros países de la región. También vemos valor en el sector oil & gas, el cual viene mostrando fundamentos sólidos trimestre a trimestre con mejoras en la capacidad de producción, pero con un alto potencial de crecimiento a futuro», dijo.
Finalmente, en lo que respecta a renta fija, el bono que más le gusta es el GD35.
«Para aquellos que buscan obtener una renta acorde al riesgo argentino los bonos ofrecen también oportunidad de compra, preferimos GD35 que posee legislación extranjera y un excelente balance riesgo-beneficio», afirmó Molina.