La metamorfosis de Caputo es notable: de «pasar la gorra» en el FMI, el Tesoro y los banqueros de Wall Street para financiar la transición y la salida del cepo al «nuevo» Caputo donde habla de una especie de «vivir con lo nuestro» mileísta (claramente, no la de Aldo Ferrer).
Leandro Gabin
Luis Caputo asume el rol del ilusionista. El ministro (por ahora) preferido de Javier Milei se encargó de transmitir la idea de que a pesar de que no haya dólares en las reservas (y parece difícil en el corto plazo de revertirlo), la deuda se pagará «como sea» y que el camino de la Argentina es inexorablemente el de un país caro en dólares (porque no habrá pesos).
La metamorfosis de Caputo es notable: de «pasar la gorra» ante el FMI, al Tesoro americano y los banqueros de Wall Street para financiar la transición y la salida del cepo; al «nuevo» Caputo donde habla de una especie de «vivir con lo nuestro» mileísta (claramente, no de la que hablaba Aldo Ferrer).
Le dijo a los popes de las principales ALyCs del país: tiene todo resuelto en términos de financiamiento y no necesita nada del mercado ni del Fondo para pagar la deuda del 2025 y apuesta al blanqueo para empezar la remonetización de la economía.
Con el tema de vencimientos, Caputo transmitió (sin detalle, obviamente) que ya tiene armado un repor utilizando como garantía a los títulos públicos (no el oro como se creyó inicialmente) para no depender del mercado hasta enero del 2026.
«Todas esas cosas son mucho voluntarismo. El repo con los bancos seguramente todavía no está cerrado pero lo anuncian. No dicen con quienes lo hicieron. Está bien mostrar un poco de voluntarismo y por ahí el mercado te mira y dice ‘ojo que las reservas hoy son bajas pero no está contemplando todos los ingresos que va a tener’. Pero de ahí a decir que ya tienen todo cerrado el año que viene me parecen cosa media exagerada», resumió el ejecutivo de una ALyC que estuvo en el Palacio de Hacienda.
«Al final del día no es un tema de voluntad de pago, sino matemático. ¿Te quedas con reservas sí o no?», explicó el director de otra ALyC invitado por Caputo y Santiago Bausili.
Los que fueron eran las financieras que más plata mueven en el país: Grupo IEB, Allaria, Max Capital, Grupo SBS, Alchemy Valores, PPI, Latin Securities, Cohen Aliados Financieros, Balanz Capital, Adcap Grupo Financiero, Cocos, Bull Market Securities, Consultatio Financial Services, IOL, INVIU, Puente Argentina y BAVSA.
La idea central de Caputo fue pedirle a los popes del mercado que «vendan» las bondades del blanqueo. Sucede que el ministro, en este «vivir con lo nuestro» versión mileísta, cree que puede surfear la escasez de divisas con los dólares de los argentinos en el colchón, la caja de seguridad o el exterior. La CNV sorprendió con la amplitud de alternativas de inversión que permiten el blanqueo para evitar pagar la penalidad, en tanto y en cuanto se mantengan esas inversiones hasta diciembre 2025 (durante el período se pueden hacer cambios en los portafolios, pero siempre dentro de las opciones admitidas).
El ministro de Economía les hizo hincapié a los gerentes del mercado para que salgan a sponsorear la medida entre sus clientes que, sabe muy bien, son parte importante del universo de argentinos con dinero fuera del radar del fisco. «Caputo convocó a los ALyC a alentar a sus clientes a participar en el proceso de crecimiento del país», dijo elegantemente Economía en forma oficial.
Augusto Posleman, Director de PPI (una ALyC que participó de la reunión), desmenuzó la teoría oficial. «Hay que entender hacia dónde están apuntando. Me parece a mí que este Gobierno busca generar las condiciones de confianza y estabilidad para que esa plata de los argentinos afuera del sistema vuelva, que es mucho más grande y mucho más relevante que lo podemos conseguir con el Fondo», explicó.
Para Posleman, los US$ 10.000 millones que venía pidiendo Caputo al Fondo Monetario «no hacen falta». «Lo que sí hace falta es lograr la confianza necesaria para que los dólares que tenemos acá los argentinos o en el exterior vuelvan, o que las empresas que tengan dólares afuera que los traigan para hacer inversiones. Yo creo que se está trabajando más en eso».
En el Gobierno creen que las promesas de inversión por US$ 40.000 millones del RIGI son un ejemplo de lo que va a ser el país hacia adelante, donde no deberían faltar dólares. «Hay un montón de cosas que si en los próximos meses o semanas se termina de reglamentar el RIGI y empieza a funcionar el blanqueo de capitales, vas a tener un flujo distinto. Yo no digo que esté todo resuelto. Yo creo que lo que se está haciendo es generar las condiciones de confianza y estabilidad para que eso pase», repite Posleman.
Caputo no se quiso jugar a cuánto podría aportar el blanqueo. En el mercado hay dos posturas: los que creen que aquellos que quisieron ingresar ya lo hicieron durante el anterior impulsado por Mauricio Macri (se blanquearon activos por US$ 116.800 millones) y por ende este será muy inferior; y quienes dicen que al ser mucho más barato el de Milei habrá incluso un número que podría ser superior.
Para Economía, lo relevante no es lo que se pueda llegar a recaudar sino el impacto en la «remonetización» de la economía con la plata del colchón. O sea, el sueño de Milei: la dolarización endógena.
«En Argentina hay una economía en negro muy grande, hay un flujo muy grande y un stock muy grande de economía en negro, de dólares en negro. Estos son cada vez más difíciles de manejar, sobre todo a nivel internacional. Antes no era tan difícil como es ahora. Hay un acuerdo en Estados Unidos y cada vez preocupa más a la gente tener plata no declarada en exterior y cada vez es más difícil moverte, incluso en Argentina, para hacer cosas con plata en negro. Y si siguen controlando como debieran la economía local, en algún momento va a ser muy complicado manejarse con plata en negro», apuntaba un abogado que maneja patrimonios de personas acaudaladas en América Latina (incluída Argentina).
El interrogante es si existe esa confianza de los tenedores de dólares para volver a apostar por la Argentina y compran el «cambio cultural» que propone Milei. Más aún, con un tipo de cambio que luce atrasado y que Caputo busca unificarlo en $1.100 a pesar de sacrificar reservas. ¿Es atractiva la Argentina cara en dólares? Sin dólares prestados, el Gobierno busca su propia versión del «vivir con lo nuestro».