A tono con lo que reclama el organismo internacional para avanzar en un entendimiento, el Gobierno mantuvo una reunión con las alimenticias para definir el nuevo esquema que regirá desde el 8 de enero próximo.
El Gobierno quiere hacer la mejor letra posible ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el viernes próximo anunciará una nueva canasta de precios de alimentos -con algo más de 1300 productos-, que en este caso dejarán de estar congelados, para pasar a ser consensuados, y que se incrementarán un 2% mensualmente.
La propuesta que el Ministerio de Economía y la Secretaría de Comercio Interior negocian con las empresas alimenticias está directamente relacionada con una de las exigencias centrales del Fondo, que tiene que ver con el control de la inflación.
El organismo internacional no ve con malos ojos que el Estado intervenga en los precios, pero exige que sea mediante un consenso con las compañías, y no a través de un congelamiento compulsivo, como se dispuso en octubre último.
Ayer, en el Ministerio de Economía, el titular de esa cartera, Martín Guzmán; el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti; el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; y el presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, mantuvieron un encuentro con algunos de los referentes de la industria: Laura Bernator (Unilever), Gabriela Bardin (P&G), Gonzalo Fagioli (Quilmes), Abelardo Gudiño (Coca Cola), Adrián Kaufman Brea (Grupo Arcor), Maximiliano Lapidus (La Serenísima) y Agustín Llanos (Molinos).
Si bien la reunión recorrió diferentes temáticas, el eje central estuvo puesto en los precios de los alimentos. Ni Guzmán ni Feletti hicieron referencia a pautas inflacionarias previstas para este año, pero sí destacaron la importancia que tiene para el Gobierno cerrar finalmente un acuerdo con el FMI.
A raíz de esto, también aparece la necesidad imperiosa de lograr el consenso con las alimenticias, algo que debe ocurrir entre hoy y el 7 de enero próximo (el viernes que viene), cuando vence el congelamiento que se había dispuesto en octubre.
Una vez que entre en vigencia el nuevo programa -que operará bajo Precios Cuidados– los algo más de 1300 productos pasarán a estar sujetos a un esquema de incrementos de 2% mensual, pero que podría contar con una particularidad.
Los productos que cada empresa aporte se podrían separar en tres grupos, y cada uno de ellos se alternaría cada mes para subir sus precios. Esto quiere decir que todas las compañías podrán retocar sus valores, aunque no de todos los productos involucrados en la canasta.
Algunas compañías intentan que, al menos en el caso de ciertos productos en particular, se pueda saltear ese esquema y pensar en otro formato.
La postura que llevaron las alimenticias al encuentro con Guzmán y Feletti fue la misma que mantienen hace un tiempo. Están dispuesta a apoyar el plan oficial, pero reclaman no solo llegar a un acuerdo, sino que además se paute un programa «sustentable y sostenible», ya que argumentan que en varios segmentos el congelamiento les generó pérdidas.
Lo que está en juego en la alineación de expectativas para 2022, que fracasó el año pasado. El Gobierno había apuntado a los empresarios que no se ajustaron a la pauta de inflación del 29% anual y, en cambio, felicitó a los gremios por su colaboración. La idea oficial es evitar que se repita esta descoordinación.
En esta etapa del año, el sector privado define sus presupuestos respecto a la producción esperada y sobre eso, los contratos de energía, la compra de insumos y la previsión de personal necesario.