El canje lanzado por Economía logró una adhesión del 85% y le da oxígeno al oficialismo, pero genera un pasivo que queda indexado a la inflación o al tipo de cambio
El Gobierno jugó hoy todas sus fichas para postergar por un año el 85% de los vencimientos de la deuda emitida en pesos que enfrentaba hasta fin de octubre, en un intento por sepultar los rumores sobre posibles reestructuraciones compulsivas para ese pasivo.
“Mientras estemos nosotros no va a haber ningún reperfilamiento”, ratificaron ayer desde Economía donde interpretaron este resultados como “una señal de que el mercado acompaña las medidas del programa hacia adelante”
El porcentaje de adhesión fue 25 puntos superior al “piso” del 60% que había anticipado el ministro de Economía, Sergio Massa, al hacer su primer presentación pública como tal y anunciar la operación.
Tal vez por eso el funcionario festejó el resultado con una serie de mensajes por Twitter. “El resultado fue exitoso. Agradecemos la confianza y acompañamiento de inversores institucionales, personas físicas y organismos del sector público, que nos permite aliviar la situación financiera del próximo trimestre, extendiendo vencimientos a 2023″.
“Despejar los vencimientos nos posibilita trabajar de manera más ordenada sobre los recursos y gastos que tenemos para administrar las cuentas públicas, además de dar certidumbre a la economía doméstica. Agradezco el enorme trabajo del equipo de Finanzas”, publicó
Empero, dado que todos los bonos duales que emitió cuentan con el capital invertido protegido de la inflación o la devaluación del peso, debería ahora redoblar esfuerzos por lograr que ambos indexadores no impliquen actualizaciones que transformen a ese pasivo en explosivo de cara a las próximas elecciones presidenciales.
Por lo pronto el Ministerio de Economía logró que un calendario de vencimientos trimestral que escalaba hasta los $2,42 billones quede reducido a otro menor al medio billón de pesos, por ahora, al lograr una postergación de pagos del orden de los $2 billones.
Esto fue porque los casi $616.000 millones por vencer en este mes quedaron reducidos ahora a $11.320 millones (los bonistas que no canjearon tenencias de Ledes y Lecer), los $ 1,12 billones por pagarse en septiembre caigan a unos $210.000 millones y los $800.000 millones de septiembre se achicaran ahora hasta unos $155.000 millones.
“Sin dudas el resultado es positivo”, evaluó el economista Andrés Borestein, de la consultora EconViews, porque le permite a las nuevas autoridades económicas “sacarse un poco de presión de encima: tenían vencimientos muy fuertes en el corto plazo”, recuerda.
En este sentido cree que aunque esto implique sólo trasladar el problema hacia adelante eso “es bueno en medio de un contexto tan complicado como el actual”.
Eso no le impide observar a la vez lo malo: “cambiaste deuda en parte indexada por otra que queda toda indexada, es decir, un pasivo que no tendrá ninguna parte ‘licuable’ porque el tenedor del dual podrá elegir por lo que le resulte más rentable y sin dudas lo hará”, explica.
En igual dirección para los analistas de Consultatio Plus esta iniciativa permitirá “transitar mejor los próximos meses” ya que “con un calendario de vencimientos más aliviado se compra tiempo para que las medidas fiscales empiecen a tener impacto y se reducen las presiones sobre el tipo de cambio y la brecha cambiaria”.
Era uno de los objetivos que perseguía el 15° canje de deuda en pesos que lleva adelante ya la administración Fernández, lo que revela la voluminosidad que fue tomando ese pasivo y lo que obligó al Gobierno a plantearle -en muchos casos- nuevas condiciones, aunque siempre de adhesión voluntaria.
Para el Gobierno se resolvió un problema, pero ahora pueda abrirse otro desafío. “El canje permitirá reducir vencimientos de 2022, pero el resultado de las licitaciones en adelante quedará más expuesto a los vaivenes del sector privado”, evaluaron desde la consultora Equilibra. Vale recordar que en las últimas licitaciones durante la gestión Guzmán se venía apoyando mucho en las suscripciones de los entes públicos.
De la licitación de hoy se descuenta que a la operación de conversión adhirieron de manera total los entes públicos que, se calcula, tenían el 57% de las tenencias canjeables. El resto lo habrían aportado inversores principalmente institucionales, entre quienes se encuentran los bancos privados (tenían en cartera medio billón de los $4 billones por vencer hasta fin de año) y Fondos Comunes de Inversión (FCI), que -según Equilibra- tendrían otros $700.000 millones.
La operación le sirvió al Gobierno para atravesar el “Rubicón”, referencia que se usaba en el mercado para referirse a la imposibilidad de lograr financiamiento a plazos medianos o largos, en especial, aquellos emparentados con el comienzo del próximo período electoral.
“El 83% de los vencimientos proyectados para el mes de octubre fueron colocados en el instrumento dual con vencimiento en septiembre de 2023. Es decir, se adjudicaron $651.862 millones posPASO 2023″, destacó Economía en su comunicado.
Hay que recordar que los tenedores de los distintos instrumentos tenían las siguientes opciones:
- Tomar un bono en moneda dual (que ajustará por la variación del CER más un spread del 2% o el tipo de cambio oficial) con vencimiento el 30 de junio de 2023 si aceptaban canjear la Lecer X16G2 y de la Lede SG162, cuyos vencimientos son el 16 de agosto y de la Lede S31G2, por caducar el 31 de agosto.
- Tomar bono en moneda dual con vencimiento el 31 de julio de 2023 si eran tenedores del Boncer T2X2 y o la Lede S30S2, cuyos vencimientos son el 20 y el 30 de septiembre, respectivamente.
- Tomar el bono en moneda dual con vencimiento el 29 de septiembre de 2023 (CER +2,25% o dollar linked) si eran tenedores de la Lecer X2102 o la Lede S31O2, cuyos vencimientos son el 21 y el 31 de octubre, respectivamente.
A la subasta para la conversión se presentaron 1233 ofertas que representaron un total equivalente a US$15.662 millones o un valor efectivo de $ 2billones.