Panorama macroeconómico.

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Los últimos datos de la economía norteamericana muestran que se afianza la etapa del ciclo económico expansivo. Sin embargo, y a diferencia de mes anterior, se observa una menor volatilidad (tanto realizada como implícita), menor rotación de activos y los principales índices alcanzando máximos históricos. Incluso sectores que habían sido castigados el primer trimestre del año, comienzan a recuperar terreno sin que ello implique un ajuste fuerte en las cotizaciones del resto de los sectores. Para entender el contexto actual hay que considerar dos factores que están empujando a la economía norteamericana. El primero, y más relevante, es el avance del plan de vacunación de Estados Unidos que baja el riesgo de rebrotes y permite regresar lo antes posible a la “normalidad”. Al momento de escribir el presente reporte, el 38,5% de la población tenia al menos una dosis (esto es 128 millones de personas) y el 24,3% estaba totalmente vacunada, siendo que en la población más riesgosa (mayor a 65 años) el porcentaje alcanzaba el 80,4% y 64,6% respectivamente. Al dato de población vacunada, hay que considerar que por día se vacunan en promedio más de 3 millones de personas y el gobierno estima que para junio el total de la población debería estar con al menos una dosis. El segundo factor es que, a pesar de las mejoras económicas, continúan los programas de estímulos fiscales. Durante marzo el Congreso de Estados Unidos aprobó el paquete de ayuda por USD 1,9 billones que había propuesto el presidente Biden. Luego de la aprobación de dicho paquete el gobierno de Estados Unidos anunció un nuevo paquete fiscal de USD 2,25 billones a tratar en lo inmediato siendo que este caso el foco será la infraestructura y tendrá un objetivo de más largo plazo. Es interesante considerar que estos nuevos recursos se asignarían el 28% en transporte y el 14% en manufactura como principales destinos. Finalmente, El plan de infraestructura propuesto por Biden será financiado por la suba de impuestos a las corporaciones del actual 21% al 28%, aun en niveles por debajo del 35% anterior al gobierno de Trump. El avance en la economía norteamericana se observa en diferentes indicadores positivos de empleo y consumo, pero también en las mejoras en las proyecciones económicas. Recientemente, el Fondo Monetario Internacional en su reporte trimestral de perspectivas para la economía mundial corrigió al alza las proyecciones de crecimiento para la economía norteamericana. El organismo estima que la economía crecería 6,4% en el 2021 (luego de la caída del 3,5% del año anterior) y 3,5% en el 2022, esto es 1,3 y 1% puntos porcentuales por encima de las estimaciones realizadas a principio del año. De las economías avanzadas, estiman que Estados Unidos sería el país con mayor crecimiento para el corriente año. Los datos económicos alentadores, se complementan con el inicio reciente de la temporada de balances de las empresas que cotizan en Estados Unidos correspondiente al primer trimestre del 2021. Esta temporada se caracteriza por una gran expectativa de mejora de los resultados. El consenso del mercado espera que las empresas del S&P500 informen subas de las ganancias en promedio del 25% respecto al año anterior, siendo la mayor suba desde 2018 momento en que las ganancias fueron impulsadas por la baja de impuestos del gobierno de Trump. Los primeros resultados que se dieron a conocer al momento de escribir el presente informe, muestran en general que tantos los ingresos como las ganancias estuvieron muy por encima de las expectativas. 3 www.invertironline.com Sin embargo, la pregunta es porqué con todos los datos positivos los rendimientos de bonos del Tesoro norteamericano se estabilizaron en el rango de 1,6%. Para esta pregunta hay varias explicaciones que no son excluyentes entre sí. Por un lado, la suba de tasas de interés afectó la parte más larga de la curva llevando los rendimientos a 10 años de 1,39% al cierre de febrero a 1,75% a fines de marzo. En este contexto, durante el primer trimestre del año se observó desarme de fondos que invierten en dichos bonos que empujaron los rendimientos. Sin embargo, con los rendimientos actuales, no solo se estabilizó el flujo de inversiones para con estos instrumentos, sino que también comenzó a ingresar nuevo flujo ayudando a bajar los rendimientos. Por otro lado, si bien los datos de inflación sorprendieron al alza, la inflación subyacente se mantiene por debajo del objetivo de la Reserva Federal (FED). Por último, la FED mantuvo su discurso de que no iba a subir las tasas de interés hasta por lo menos el 2023 y el mercado habría comenzado a creerle por lo menos en el corto plazo (a diferencia de los meses anterior). Todos estos factores llevaron que la tasa de interés de los bonos a 10 años baje de 1,7% al cierre de marzo a 1,57% al momento de escribir el presente reporte. En este contexto, seguimos privilegiando sectores como los de consumo discrecional, industria, materiales y financiero que tienen un factor común: son pro-cíclicos y crecen junto a la recuperación de la economía. Además, muchas de las empresas de esos sectores también se verían beneficiadas por el próximo paquete de ayuda.

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